La Asociación de Proveedores de la Industria de la Salud (Apis) acusa que los hospitales demoran hasta 300 días en pagarles, lo que ha generado, en algunos casos, la suspensión de los suministros. Este es uno de los principales eslabones de la cadena que termina con profesionales pidiendo “prestados” elementos quirúrgicos a otros recintos. Los coletazos del millonario déficit traspasa los aspectos administrativos para poner en jaque a los pacientes.