A la fecha se han utilizado 16.889.201 de dosis de Sinovac en el país. Una publicación preliminar en la prensa china asegura que los vacunados con Pfizer, frente a quienes están inoculados con CoronaVac cuentan con más anticuerpos que los segundos. En Chile, en tanto, Salud y el gobierno están a la espera de lo que determine el seguimiento de la Universidad Católica para los vacunados con Sinovac, sin embargo, ya se abre la puerta a una tercera dosis de refuerzo de la vacuna. Aunque las opciones que se barajan son dos: una inyección del mismo laboratorio, o combinación de vacunas para aumentar la efectividad para cortar la transmisión del virus.
“Estamos analizando y realizando muchos estudios científicos para ver si es necesaria una tercera dosis de vacuna. Cuando tengamos terminados esos estudios vamos a tomar, como siempre hemos hecho, la decisión que mejor protege la salud y la vida de todos nuestros compatriotas (…). Esa decisión la vamos a tomar pronto”.
Así confirmó esta mañana el Presidente Sebastián Piñera, al dar el vamos a la vacunación en adolescentes, la intención del gobierno de estudiar una tercera dosis de la vacuna para la población inoculada con CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac. De autorizarse, la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, adelantó durante el fin de semana que la inoculación con las vacunas de refuerzo podría iniciarse en septiembre.
Sin embargo, y en medio de la preocupación sobre la transmisión de nuevas variantes del virus, las opciones que se barajan son dos.
Tal como adelantó La Tercera Sábado, y a la espera de que se defina la duración de la inmunidad que otorga la vacuna china con los antecedentes del estudio de la Universidad Católica, La Moneda ya ha tomado contacto con distintos académicos para que estudien alternativas que permitan elevar la protección frente al virus. Ello, ya sea por una tercera inyección del mismo laboratorio Sinovac, o mediante el refuerzo con una tercera dosis de distintos fabricantes, como la vacuna de Pfizer-BioNTech, la que cuenta con una tecnología de ARN mensajero, que ha demostrado una mayor eficacia para reducir la transmisión del virus.
En paralelo, en China también se hacen estos seguimientos. El viernes pasado, el South China Morning Post dio a conocer los resultados preliminares de un estudio a cargo de la Universidad de Hong Kong (HKU). Encargado por el gobierno, éste señala que si se compara a los inoculados con CoronaVac, versus la vacuna de Pfizer, se han encontrado niveles sustancialmente más altos de anticuerpos en las personas inmunizadas con este último fármaco.
La observación se realizó en mil personas y si bien se manifiesta que la presencia de anticuerpos es una señal de que la vacuna protege del virus, no se correlaciona directamente con el nivel de inmunidad. Aunque el facultativo a cargo del estudio, el epidemiólogo de la HKU, Benjamin Cowling, señaló al medio chino que cada vez hay más “evidencia” de que sí habría una conexión entre estos dos aspectos.
Cowling agregó que los resultados sugieren que quienes han recibido la vacuna de Sinovac necesitarían una tercera inyección que actúe como un booster del sistema inmune.
Un tercer boost e intercambiabilidad de vacunas
La viróloga de la U. de Chile Vivian Luchsinger asevera que frente a la circulación de nuevas variantes del virus —como Delta (India)—, el riesgo es que pese a que hoy en Chile se alcanzó el 79,6% (12,1 millones) de la población objetivo (15,2 millones) inoculada con primera dosis o monodosis —según los datos del Registro Nacional de Inmunizaciones (RNI)—, el riesgo es que aún existe un porcentaje importante de la población que no está protegida. Y si bien puede que las vacunas actualmente en uso no sean tan efectivas frente a estas variantes, “al menos habría protección parcial, según lo publicado hasta ahora”, comenta Luchsinger.
Sobre terceras dosis o complementariedad entre distintas vacunas, la experta explica que “ninguna vacuna evita la infección en un 100%, pero sí sabemos que Sinovac tiene un porcentaje menor frente a la infección. Frente a la enfermedad grave son altamente efectivas todas. Pero lo que habría que plantear es una tercera dosis, con otra vacuna, más efectiva en disminuir la transmisión. No veo la necesidad de hacer un estudio propiamente tal, porque no es para completar el esquema, sino que agregar una tercera dosis de refuerzo después de cierto tiempo”.
La idea detrás, explica Luchsinger, es que para evitar el surgimiento de nuevas variantes del virus, la cadena debe cortarse en la transmisión. “Para evitar enfermedad y muerte han sido todas (las vacunas) súper efectivas, pero para evitar la infección es menos eficaz Sinovac. Y en la medida en que circule menos virus, es menor el riesgo que surjan variantes. Para controlar la epidemia, necesitamos que las personas no se infecten”, aborda.
El infectólogo de Clínica U. Andes y decano de Medicina en la U. San Sebastián, Carlos Pérez, confirma que a la espera de los resultados de la duración de la inmunidad y con nuevas variantes de preocupación circulando, la combinación entre vacunas de distintas plataformas es una opción que se está explorando.
“Lo más probable es que se van a requerir refuerzos de las vacunas que ya hemos recibido para hacer más duradera la inmunidad en el tiempo y ampliar la cobertura ante variantes que están circulando. Lo concreto es que hay información en cuanto a seguridad y respuesta de anticuerpos de la combinación Astrazeneca con Pfizer, y otros estudios no se han realizado todavía, pero sí son muy necesarios. Por ejemplo, hacer el estudio de virus inactivado CoronaVac frente a la combinación con ARN mensajero, y viceversa. El tema es que eso puede tomar un tiempo, requiere recursos, pero se pueden hacer algunos estudios más pequeños para ver reactogenicidad —que no produzca efectos adversos— y que se produzcan anticuerpos. Es algo que personalmente yo he estado explorando para realizarlo. Lo más probable es que vamos a utilizar refuerzos y con otras vacunas”, añade Pérez.
Asimismo, el académico en salud pública de la U. de Santiago Claudio Castillo asevera que “la combinación o intercambiabilidad de vacunas abriría la posibilidad de flexibilidad del uso de las mismas, para ello se requiere que existan estudios que evalúen la respuesta inmune usando vacunas de distinta plataforma tecnológica, lo escaso que se ha publicado ha combinado las vacunas Pfizer y Oxford-Astrazeneca, por ello sería muy importante que se realicen estudios asociados a la combinación de vacunas Pfizer y Sinovac, que son las más usadas en el país”.